¿Qué ofrezco?
No puedo atender una dolencia física y alteración fisiológica de la persona sin irme a su otra cara de la moneda, a la mochila de vida que lleva a cuestas: la tristeza, el rechazo, el cansancio, la culpa,
el enfado…
A lo largo de los años y de mi experiencia laboral, he observado que un gran porcentaje de enfermedades y sintomatología están agudizadas, influenciadas y probablemente originadas por la dimensión emocional, vivencial o generacional de la persona.
El cuerpo es un gran mensajero, ya que puede manifestar estos conflictos a través de estados alterados de la Salud: insomnio, mareo, jaquecas, dolores, patologías persistentes, prolongadas y repetitivas… Una de mis labores es averiguar qué aspectos de la vida de la persona, ubicados también en su inconsciente, forman parte de una alteración corporal.